Primer dia

Hola a todos/as que entren a curiosear estas páginas!

Me encantaría conocer historias de vidas anónimas, de gente como vos o como yo que, en algún momento, se plantaron y decidieron cambiar sus vidas.
Esta página esta destinada a todos aquellos que se siguen sorprendiendo con el ser humano y su particular manera reaccionar ante: el amor, la presión laboral, la muerte, el dolor, la esperanza, etc.
Mientras escribía me preguntaba: es lo mismo "patear el tablero" que "barajar y dar de nuevo? en que radica la diferencia? será que el hecho de "patear" implica una acción impensada, instintiva y por lo tanto desconocemos las consecuencias? El "dar de nuevo" implica necesariamente que las cartas sean mejores? No se...lo estoy pensando...y vos? me interesa que pensas vos.
Gracias por leerme!

viernes, 24 de diciembre de 2010

Vísperas de fiestas

Estando muy próximos a estas fiestas, no quería dejar pasar mas tiempo y poder desearles a todos muchas felicidades! Que tengan paz, unión y mucho amor rondando sus vidas. Si deciden patear el tablero de sus vidas que sea para posicionarse en lugares mas placenteros, para ser mas felices. Un fuerte abrazo y hasta pronto! 

miércoles, 8 de diciembre de 2010

testigo del terror ajeno

Hoy, dia de descanso y sosiego para muchos, ya que es feriado, presencié de manera fortuita un episodio, que para muchas personas tal vez sea normal. Hoy presencié el maltrato físico y verbal que un hombre ejercía contra una mujer, a la que supuestamente amaba y había eligido para que formara parte de su vida.
Hoy apostada en la terraza de mi casa pude oir como las voces de tres personas tomaban alas y se exparcían por todo el barrio, que a esa hora de la tarde, durante la siesta, la claridad de las palabras eran inconfundibles. Los protagonistas fueron la madres, la hija y el yerno, ¿el motivo? seguramente nada que justifique semejante reacción.
Ví de que manera este hombre a los gritos hacía entrar en su auto a su mujer, donde en el asiento trasero estaban los 4 hijos -dos de ella y las dos de él- Escuché con que brutalidad le repetía una y otra vez: "callate!!! o ¿querés que te vuelva a pegar?" ... ¿Qué te vuelva a pegar? ¿Ya lo había hecho? ¿delante de los hijos y de la suegra? ¿qué pensarían esos chicos? Ví en sus caritas el susto y la incredulidad.
No sé como habrá terminado todo. Cuando el auto pasó por frente mi casa sólo se escuchaba la voz de ese hombre que repetía con una frecuencia abrumadora: "callate! o ¿queres que te vuelva a pegar?", mientras ella simplemente agachaba la cabeza y se tapaba la cara con el cabello, avergonzada  e indefensa.
Les confieso que quedé muy angustiada. Y creo que se debe al hecho de que conozco a esa mujer y merece todo mi respeto. Muchas veces escuchamos hablar de violencia doméstica o violencia familiar pero siempre los protagonistas tienen  rostros desconocidos, como de fantasía. Esta vez ese rostro adquirió forma y tiene nombre.
Me preguntaba porqué esta mujer permite eso, porque sus hijos tienen que presenciar que alguien extraño maltrate a su mamá. Tambien me preguntaba porque ella no patea el tablero y sale de esa situación. Éntonces recordé que es mucho más fácil solucionar el problema de los demás que los propios. Patear tableros, más en este caso en particular, requiere de mucha fortaleza, asesoramiento, apoyo.
También pensé en mí como espectadora. ¿Habré adoptado una posición cobarde? ¿Me ubiqué del lado del famoso "no te metás"?  No, no fue eso. Primeramente fue sorpresa y cuando quise reaccionar el auto ya estaba cruzando la bocacalle. Creo que esta vez voy a salir del rol de simple espectadora: voy a hablar con ella aunque lo que le diga despierte su enojo o su malestar. No quiero incomodarla sólo quiero que sepa que no está sola y que hay una salida. ¡Esta vez el tablero del "no te metás" lo mando a la mierda!

domingo, 7 de noviembre de 2010

Romper con los prejuicios

Hola a todos! Hoy quería compartir con uds una nota que leí ayer en el diario. Eran, en realidad, tres testimonios de jóvenes que optaron por seguir estudiando aún a pesar de todas las  dificultades que la vida les va presentado. La que más me cautivó fue la de Juan Carlos que con solo 24 años dejó atrás su barrio y a su familia. Se plantó, se adueñó de su vida y de su destino.
¿Por qué me cautivó? Simplemente por tuvo que luchar contra sus orígenes (nacido en Villa Fiorito. Si leiste bien: una "villa"!) y contra lo que sus padres querían para él. Hijo de una humildísima familia, comenzó a trabajar como albañil para colaborar con el sostenimiento de su casa. Pero en un momento entendió que él estaba para algo más que para levantar paredes, tenía ese deseo interno de mejorar, de progresar. Razón, por supuesto, que sus padres no entendieron. ¿Qué otra cosa podía ser el hijo de un albañil que albañil? Había que seguir la tradición que da segudidad y algunos pesos también ¡Que difícil luchar contra los prejuicios familiares! ¿Cómo explicar a padres semi analfabetos la seducción que ejerce en un ser humano el conocimiento? Tarea no muy fácil por cierto. 
Juan Carlos pateó su propio tablero con fichas que estaban tradicionalmente fijas e irreversiblemente estipuladas. El se fue de su casa, se inscribió en la facultad y  ahora sólo le faltan 18 materias para convertirse en Contador público Nacional. Tal vez, para su propia familia, no sea el hijo ideal pero sí es un ejemplo para muchas familias que desean que sus hijos enfrenten con valentía la vida y luchen por lo que realmente quieren.
¡Ojalá les guste! 

domingo, 31 de octubre de 2010

Nuevamente acá frente a la pantalla tratando de plasmar alguna de las tantas historias que quiero compartir con uds. A medida de que pasa el tiempo y voy "rumiando" la idea de patear el tablero, más me convenso de que es fruto de un momento irracional, por llamarlo de alguna manera. Si nos detuviéramos a pensar en detalle el futuro de cada una de las piezas de nuestro tablero y de que manera están entrelazadas con las piezas del otro creo que jamás podríamos actuar. Esa patada, tal vez, nunca asomaría.
Hoy les voy a contar la historia de M y M, y no es del paquete de chocolates famoso, eh! sino la historia de dos personas que estaban destinadas a compartir sus vidas juntos, a pesar de los escollos del camino. Esta historia la conocí por boca de la hermana de uno de los protagonista y me pareció absolutamente encantadora y a la vez dura.
M conoció a quien iba a ser su esposa tiempo después, en un colectivo. Ella era una persona de carácter fuerte, dominante, él un hombre simple y tranquilo. Al poco tiempo de conocerse  la novia de M quedó embarazada y por esos días la única manera de afrontar la paternidad era con el casamiento. Asi comenzaron a formar su familia. Llegó la primera de las hijas, luego un segundo, la tercera y la última. A decir de muchos no eran una familia feliz. Los malos tratos de la esposa de M no se hicieron esperar y la vida se tornaba oscura y sin esperanzas. La única alegría eran sus hijos.
Como suele suceder las familias van incorporando nuevos integrantes y con ellos un poco de color. Así fue que el cuñado de M un dia cualquiera, aún siendo M y su esposa solteros,  presentó a la familia a su novia: M. Fue mirarse y darse cuenta de que algo fuerte los envolvía.No podían siquiera pensar que lo que habían sentido en ese momento fuera tan intenso. M y su novio tambien se casaron, tuvieron hijos y llevaron un matrimonio tan infeliz  como el de sus cuñados.
Hijos y sobrinos iban creciendo juntos, compartiendo jornadas mientras sus padres ( M y M) se conformaban con largas y reconfortantes charlas algún que otro fin de semana cuando las familias se juntaban.
Pasaron los años, ambos matrimonios tocaban fondo, nadie era feliz por más empeño que se pusiera en lograr lo contrario. Simplemente bastó una nueva mirada, un abrazo eterno y un beso contenido para animarse a patear ese tablero con piezas que los unían en mas de una jugada.
M y M se animaron a caminar juntos a pesar las habladurias del pueblo: eran cuñados!, del desconcierto de sus hijos: ser primos y hermanastros al mismo tiempo, de la inseguridad laboral: M debió renunciar a su cargo de directora de escuela porque su nombre no fue víctima de difamaciones...
Hoy después de más de diez años juntos se miran y sonríen. Tienen la paz en la forma de una hija, que vino a sellar su amor, ése al que no se animaron apenas se conocieron. Sus hijos mayores fueron de a poco asimilando esta realidad y comprendieron que en esta historia nadie perdía.
M y M este año se mudaron, después de haber pasado lo mas difícil de sus vidas en el mismo pueblo. Están empezando una nueva vida, en un  lugar  distinto lejos de recuerdos tristes pero siempre rodeado de sus hijos y pendientes de ellos.
Mis respetos a M y M por su valentía!

sábado, 23 de octubre de 2010

Historias esperando ser contadas

¿Cuántas historias habrán por ahi rondando en aire? ¡Si pudiera atraparlas a todas y plasmarlas en una hoja sería maravilloso! Que estén encerradas en un rectángulo de papel da la tranquilidad de que no se perderán en el tiempo. Si están ahi, nadie puede olvidarlas...al menos no yo.

 ¿Quién no tuvo conocimiento de alguna "Marirulú que se fue con un marinero bengalí" (como dice la canción) en nuestro barrio? ¿ O acaso en nuestros antepasados inmigrantes no hay algún abuelo, bisabuelo o tatarabuelo que dejó su familia en el viejo continente y vino a hacerse la América al nuestro y se olvidó de lo que había dejado?  ¿ tal vez alguna abuela descocada que prefirió estar "sola que mal acompañada" en épocas en que la mujer era considerada una extensión necesaria del hombre? ¿Y aquella tía soltera tan dulce y maternal que, cansada de criar hijos ajenos, un dia cerró sus puertas y su corazón y se transformó en ser oscuro y triste? ¿ Por qué no incluir en la lista a aquella hermana alegre y radiante que en la sobremesa de un domingo en familia dijo con voz firme: "voy a entrar al convento"?
¿Qué me dicen de aquel primo descocado que después de años de trabajar, y muy bien, en una multinacional dejó todo y se fue a recorrer el mundo como mochilero?
La vida es así, gente, todos en mayor o menor medida, con conciencia o sin ella, por deseos, hartazgo, valentía o simplemente curiosidad un dia se plantan y dicen: ¡basta! Quiero otra cosa para mi...aún a riesgo de equivocarse.

Buen fin de semana para todos!!!

viernes, 22 de octubre de 2010

Patear de a poco o de una sola vez?

Hoy vamos a ponerle un poco de color a esta página. Empecemos a cambiar. 
Esta vez se me ocurre pensar en la intensidad de la "patada". Se puede patear de a poquito y en cámara lenta? o tal vez sea mas efectivo un golpe seco y contundente?
Quizás los golpes inesperados causan mas efecto pero no siempre tenemos la suficiente fuerza para darlos. Hoy les propongo dar pequeños golpecitos de cambio. Yo ya empecé! Dije "No" a quien debía decírselo, prioricé mi bienestar y la no invasión. Tambien dije "SI"  a quien debía decírselo porque nos merecemos este paseo solos y sin ataduras.
Estas palabras son para vos, amiga, que decidiste intentar una vez más ir tras tu felicidad. A vos que partís rumbo a Córdoba en unas horas, a vos que no dejás de patear tu tablero...SUERTE!!!!

jueves, 21 de octubre de 2010

Nuevamente en contacto

Después de algunos dias de silencio forzado, vuelvo a escribir. Varios de mis amigos que intentaron entrar para leer o escribir no podían hacerlo. Gracias a Vero, una fiel y generosa amiga, pude reestablecer contacto.
Ahora si, de nuevo en carrera!
A veces pienso en cuantas historias andarán por allí esperando ser contadas, no? Cuantos hombres o mujeres cansados de la insatisfacción, de luchar contra la adversidad de la vida o agotados de tanta inactividad agobiante deciden cambiar el rumbo y arriesgarse a algo nuevo.
Por lo general cuando pensamos en "patear el tablero" la mente, sin querer, mirá al corazón como si por el único motivo que pudiéramos cambiar todo fuera el afectivo. No creo que sea así. Para esto precisamente es mi invitación, para que uds me ayuden a conocer y recrear historias de gente como vos y como yo, que deciden en algún momento dar el gran cambio sin garantía de éxito pero con la esperanza de lo bueno por venir.
Uds tienen la pelota, mejor dicho: la palabra.
Gracias por estar ahi!